jueves, 17 de septiembre de 2009

Nos volveremos a ver.

Hoy pensaba en esa gente que sabe que algo le hace mal pero que igual sigue. A veces no se dan cuenta, pero otras sí. Y siguen igual. Como si fuera electrotulba o algún otro vicio. Y no creo que lo que dice Manuel sea cierto. Él no entiende la relación que tengo con ellos, así que no le doy importancia a lo que me diga. Y en todo caso, si fuera como él dice, habría que ver si realmente hacen tan mal, porque, que yo sepa, mi vida mejoró desde que los tengo.
Alguna vez tendrías que probar. No todos de golpe, pero podrías empezar con uno, como hice yo. Si querés, te puedo pasar el último que me salió, que todavía es chiquito, así le podés enseñar vos lo que quieras, porque el resto ya está más acostumbrado a mi forma de ser y viste que son muy rutinarios y tengo miedo de que si les cambiás algo, se enfermen o se mueran. A ver... para que se entienda: no es que me vaya a pasar algo si se mueren. Mi camino seguiría igual que siempre. El tema, más que nada, es que me siento más tranquilo cuando sé que ellos me acompañan. Debe ser que me hacen sentir útil, yo que sé. Desde que dejé de ir al tirante, es lo único que me hace sentir que sirvo. Nunca tuve, pero supongo que es como tener un hijo, porque a los hijos también les tenés que dar algo de vos para que vivan ¿no?.
Lo único que me preocupa es que cada día me siento más débil. Al principio no, todo lo contrario, darles de comer era casi rejuvenecedor. No sé, pero quizás darles a ellos hacía que yo me renovara. Como esos filtros que te limpian la sangre y te la devuelven mejorada, con más oxígeno y menos toxinas. Pero bueno, seguro que es algo momentáneo, y cuando vuelva a hacer mi vida de siempre todo va a volver a la normalidad. Yo creo que puedo tirar perfectamente un mes más así como estoy y disfrutarlos lo más posible sin que haya demasiado peligro. Después vuelvo al tirante y a todo lo demás.
Marcela no creo que vuelva, pero eso ya no importa tanto, porque sabés que lo único que quiero es estar con ellos, alimentarlos y verlos crecer. Es lo único que me llena, lo único que me hace bien. Por eso no me gusta lo que me dijo Manuel. ¿Porque qué sabe él de esto? Nadie podría entender lo que se siente a menos que lo pruebe. Es dar vida, y ver cómo la vida se hace fuerte y crece en otro ser. Es sentirte importante para alguien, sentir que servís y que sin vos, ellos no podrían existir. Vos tenés el poder de darles vida, y también de quitárselas. Sos su Dios. Y esa experiencia es extraordinaria. Imaginate si me moría sin haberla vivido. Y aquellos que no se animan, ni se imaginan lo que se están perdiendo.
Por eso te decía que el que nunca cruzó el umbral, no sabe y no tiene derecho a opinar sobre los que sí lo hicimos. Esa es la razón por la que no me arrepiento de nada, desde el mismo día en que decidí dejar crecer al primero cuando todos me decían que me lo extirpara, y hasta el día de hoy en que te digo todo esto acostado en el suelo y con ellos acá encima, algunos comiendo, otros jugando. Voy a ver si los hago dormir un rato así puedo descansar y recuperarme un poco. Tendría que comer algo, pero no quiero dejarlos solos para salir a la cinta.
No sé, espero que me entiendas y que no creas que me dejo dominar. Esto lo hago porque quiero y no por otra cosa. Cuando todo vuelva a ser como antes nos volveremos a ver.

1 comentario:

León-O dijo...

buen post, negrita... te dejo un blog por si te interesa:
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